¿Y el Torres y Chucho? 🛑
Columna Política: Alejandro Cárdenas l Fuerte Noticias
La reciente visita de la presidenta de México, Claudia Sheinbaum, a Mexicali dejó más preguntas que certezas dentro del escenario político de Baja California. La más evidente: ¿dónde estaban Carlos Torres y Jesús “Chucho” Ruiz Uribe? Dos figuras que hasta hace poco representaban piezas estratégicas dentro del tablero morenista y que, en eventos de este calibre, solían ocupar lugares privilegiados en primera fila, brillaron esta vez por su ausencia.
Marina sin músculo político
Más allá de la anécdota, su ausencia evidencia algo más profundo: la falta de capacidad de convocatoria de la gobernadora Marina del Pilar Ávila. El evento de Mexicali volvió a dejar en claro que, por sí sola, la mandataria estatal no cuenta con el respaldo popular suficiente para llenar un recinto. No es la primera vez que ocurre: ya en eventos anteriores, como aquel mitin en la calle Segunda en #Tijuana cuando Sheinbaum era candidata, el intento por mostrar músculo político terminó siendo un fracaso al grado de tener que recurrir a la contratación de migrantes haitianos para llenar espacios vacíos.
En esta ocasión, el panorama no fue diferente. La asistencia ciudadana que se registró respondió más a la inconformidad social que al respaldo político. Las pancartas y consignas no eran de apoyo, sino de reclamo: familias de desaparecidos, colectivos que exigen atención médica, ciudadanos denunciando despojos y deficiencias en hospitales. La narrativa del evento se le escapó de las manos a la administración estatal y el sentir real de la ciudadanía fue el protagonista.
El silencio de Carlos Torres
Uno de los ausentes más notables fue Carlos Torres, esposo de la gobernadora y hasta hace poco uno de los operadores políticos más visibles del estado. Su presencia era constante en eventos de alto perfil, pero desde que fue sancionado por el gobierno de Estados Unidos en el marco de una investigación cuyos detalles aún no se revelan, ha optado por el bajo perfil. Su ausencia no solo alimenta especulaciones sobre el avance de esas indagatorias, sino que también refleja un debilitamiento del círculo cercano de Marina del Pilar en momentos clave, inclusive el día del grito tampoco apareció.
Chucho Ruiz, del “favorito” al olvido
Tampoco apareció Jesús Ruiz Uribe, el exdelegado del Bienestar que alguna vez presumió tener línea directa con la ahora presidenta y se veía a sí mismo como el candidato natural a la gubernatura. Su invisibilidad política es, para muchos, la confirmación de que esa cercanía ya no existe. Aquellos que apostaron por él, confiados en que tenía asegurado su futuro político, hoy probablemente lamentan haber invertido capital político o económico en esa promesa. Incluso la famosa fiesta de cumpleaños que reunió a políticos y empresarios y donde también estuvo presente Carlos Torres fue leída en su momento como el anuncio no oficial de que “Chucho era el bueno”. Hoy, esa lectura suena más a anécdota que a realidad.
Morena: fuerte, pero fracturado
A pesar de los escándalos, las investigaciones de Estados Unidos que alcanzan a funcionarios, a la propia gobernadora e incluso a figuras como la diputada Araceli Brown, Morena sigue siendo, al menos en papel, la fuerza política más sólida rumbo a la elección de 2027. Sin embargo, la pregunta no es si ganará, sino con quién. El partido podría asegurar el “carro completo”, pero el reto será colocar en la boleta a perfiles que no estén desgastados, que no carguen con señalamientos judiciales y que logren reconectar con una ciudadanía cada vez más crítica y menos dispuesta a aplaudir por inercia.
En política, las ausencias también hablan. Y las de Torres y Ruiz Uribe en Mexicali gritan más fuerte que cualquier discurso.
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