“Fufo”, el operador de confianza del grupo de Marina del Pilar que perdió poder y tiene los días contados en el Ayuntamiento de Tijuana
Columna Política: Alejandro Cárdenas l Fuerte Noticias
En la política, el poder suele ser pasajero y, en ocasiones, las redes de influencia más sólidas terminan por desmoronarse con el paso del tiempo. Tal parece que ese es el caso de Arnulfo “Fufo” Guerrero, actual secretario de Gobierno del Ayuntamiento de Tijuana, quien poco a poco ha dejado de ser la figura con peso político que alguna vez fue dentro de la administración municipal encabezada por Ismael Burgueño Ruiz.
En nuestra columna pasada ya habíamos adelantado parte del panorama político que hoy se confirma: Arnulfo Guerrero era el último eslabón de la estructura de Carlos Torres dentro del gobierno municipal. Su permanencia en el cargo representaba el último resquicio de aquella red de poder que, durante un tiempo, tuvo presencia e influencia en distintos niveles del Ayuntamiento.
De acuerdo con versiones que circulan en los pasillos del Palacio Municipal, Guerrero fue colocado en dicha posición gracias a su cercanía con Carlos Torres, esposo de la gobernadora Marina del Pilar Ávila Olmeda, con quien comparte una trayectoria política que se remonta a sus años en el Partido Acción Nacional (PAN), aquellos considerados como los años dorados del panismo en Baja California, cuando el PAN era el músculo político más poderoso del estado y sus integrantes vivían momentos de auténtica gloria. Esta relación lo llevó a ocupar un cargo clave en el gobierno municipal, desde donde según se comenta Torres tejió una red de influencia que por un tiempo tuvo presencia en distintos niveles de la administración.
Sin embargo, esa estructura se ha ido desmoronando gradualmente. Lo que en su momento parecía un bloque sólido, hoy se percibe debilitado. Funcionarios que eran señalados como parte de ese mismo grupo político han dejado sus cargos o han perdido relevancia dentro del Ayuntamiento, marcando un distanciamiento evidente con la actual dinámica del gobierno municipal.
Y es que hoy, “Fufo” Guerrero ya no tiene la atención ni el poder que alguna vez ostentó. Su peso político se ha ido diluyendo al punto en que sus opiniones ya no son tomadas en cuenta, sus solicitudes no reciben respuesta y las gestiones que intenta impulsar quedan en el aire. Dentro del círculo político municipal, muchos lo describen ahora como “un león sin dientes”, una figura que, aunque ocupa un cargo importante, carece de la fuerza e influencia que antes lo caracterizaban.
Uno de los ejemplos más claros de la caída del grupo cercano a Torres fue el caso de Erik “El Terrible” Morales, quien durante el proceso electoral en el que Ismael Burgueño resultó electo alcalde de Tijuana, iba a ser el candidato de Morena a la presidencia municipal. Se llegó a mencionar que su postulación había sido impulsada por Carlos Torres, pero el proyecto se vino abajo debido a problemas legales que lo alejaron de la contienda.
Entre las causas que marcaron su salida del gabinete se encuentra una denuncia presentada ante la Fiscalía General del Estado, en la cual se le señala de haber presuntamente abusado de una trabajadora joven de la Secretaría de Bienestar Municipal. Hasta el momento, dicho proceso no ha tenido avances significativos, pero la existencia de la denuncia y el señalamiento público terminaron por debilitar su posición política. Como resultado, el cargo de secretario de Bienestar Municipal fue considerado una especie de “premio de consolación”, aunque su poco desempeño y el peso de esta denuncia terminaron por acelerar su salida.
En este contexto, Arnulfo Guerrero parece seguir el mismo camino. Versiones internas señalan que hoy ya no cuenta con la influencia ni la atención que antes tenía dentro del Ayuntamiento, y que su salida es cuestión de tiempo.
A pesar de ello, distintas fuentes coinciden en que, de llegar a dejar el gabinete municipal, Guerrero tendría asegurado un lugar en la administración estatal. La relación de confianza y comunicación que mantiene con Carlos Torres y con la propia Marina del Pilar sería la puerta abierta para regresar al gobierno del estado, donde según se comenta ya tendría un espacio reservado como asesor, colaborador o incluso como aviador, en caso de que así se requiriera para mantenerlo dentro del aparato político.
Al final, más allá de rumores y lecturas políticas, lo cierto es que el panorama para “Fufo” dentro del gobierno municipal luce cada vez más limitado. Su papel como operador político perdió fuerza, y la estructura que alguna vez representó el poder de Carlos Torres en Tijuana hoy parece desdibujarse entre cambios internos, nuevas alianzas y una administración que ha optado por marcar distancia de los viejos pactos.
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