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Esposas de policías caídos exigen pensión por viudez


Por: Jonathan Rivera

Tijuana, B.C.— Varias esposas de elementos de la Policía Municipal de Tijuana que fallecieron en cumplimiento de su deber se reunieron en las instalaciones del C2 para exigir el derecho a recibir la pensión por viudez.

Ana Karen Sánchez, viuda del oficial Juan Jáuregui Ruvalcaba, señaló que su esposo, con más de 10 años de servicio, fue asesinado a balazos mientras se dirigía a su trabajo.

“Ya metimos un escrito el 4 de junio y no me lo recibieron porque se iba a ir a juicio. Ya no nos quieren atender”, denunció.

Explicó que actualmente recibe una pensión para los hijos del policía caído, pero no la pensión que le corresponde como viuda.

Sánchez señaló que uno de los casos más antiguos es el de una mujer cuyo esposo, oficial caído, falleció en 2007.

María de Lourdes Santana, viuda del oficial Miguel Antonio Heredia —quien murió hace tres años tras más de 30 años de servicio—, relató que tras su fallecimiento quedó desprotegida, sin acceso a Issstecali ni pensión por viudez.

“Sus últimos diez años estuvo en cama por un derrame cerebral, necesitaba apoyo día y noche”, relató. Añadió que no le han permitido hablar con el secretario de Seguridad, José Alejandro Avilés Amezcua.

El oficial Heredia, aseguró, percibía 7 mil pesos por catorcena desde que se enfermó, sin que su salario se actualizara durante ese periodo.

Otro caso es el de Ana Márquez, viuda del oficial Joel Huerta Ramírez, quien fue asesinado al llegar a su domicilio tras 12 años de servicio activo.

Márquez indicó que también le retiraron el Issstecali y que actualmente cría sola a sus dos hijos menores de edad. “Me siento traicionada. A pesar de que mi esposo dio su vida por la corporación, no recibimos apoyo alguno”, lamentó.

Por último, Clara González Alonso, viuda de Efraín Flores Munguía, fallecido el pasado 4 de febrero, expuso que no le han otorgado apoyo porque su esposo murió de un infarto y no en un ataque armado.

Destacó que, a pesar de los 22 años de servicio que prestó su esposo, ni el secretario de Seguridad ni el presidente municipal acudieron a su velorio. “Me siento decepcionada y abandonada por la corporación”, concluyó.

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